miércoles, 23 de septiembre de 2015

Frases de Mariano Moreno

Abogado, periodista y político argentino, uno de los principales ideólogos e impulsores de la Revolución de Mayo (1810) y gran participación como secretario de la Primera Junta.Mariano Moreno nace en el seno de una familia de clase media, de padre español Manuel Moreno y Argumosa y madre argentina Ana María Valle.
Estudia en el Real Colegio de San Carlos y luego viaja a Chuquisaca (Sucre, Bolivia) en 1799 para completar sus estudios de teología y obtener el título de abogado en 1804.
En 1806, durante las expediciones británicas que atacaron a las colonias españolas del Río de la Plata, conocidas como Invasiones Inglesas (1806-1807), Mariano Moreno se opone y redacta un diario con los acontecimientos.
Durante la Revolución de Mayo (1810) no participa activamente en los sucesos revolucionarios, donde fue depuesto el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y reemplazado por la Primera Junta.
Al ser proclamada la primera Junta, Mariano Moreno fue nombrado secretario y se reveló como un gran estratega, tratando de extender y consolidar la revolución a través del "Plan de Operaciones".
Tiempo después funda el periódico "La Gaceta", la Biblioteca Nacional y se preocupó de los intereses de la industria y el comercio, reacondicionó los puertos de Ensenada y de Carmen de Patagones.
El prestigio logrado por Mariano Moreno con sólo 33 años despertó recelos dentro y fuera del gobierno y tras un fuerte choque con Cornelio Saavedra, presidente de la junta, es destinado a una misión en Londres (Inglaterra).
Fallece en alta mar el 4 de marzo, a bordo de la fragata inglesa "Fame", en el viaje que hacía como diplomático hacia Inglaterra.
El gobierno antiguo nos había condenado a vegetar en la oscuridad y abatimiento, pero como la naturaleza nos ha criado para grandes cosas, hemos empezado a obrarlas, limpiando el terreno de tanto mandón ignorante.
Es justo que los pueblos esperen todo bueno de sus dignos representantes; pero también es conveniente que aprendan por sí mismos lo que es debido a sus intereses y derechos.
Quiero más una libertad peligrosa que una servidumbre tranquila.
Felizmente, se observa en nuestras gentes, que sacudido el antiguo adormecimiento, manifiestan un espíritu noble, dispuesto para grandes cosas y capaz de cualesquier sacrificios que conduzcan a la consolidación del bien general.
(...) No debía escandalizarse por el sentido de mis voces, de cortar cabezas, verter sangre y sacrificar a toda costa. Para conseguir el ideal revolucionario hace falta recurrir a medios muy radicales.
La verdad, como la virtud, tienen en sí mismas su más incontestable apología; a fuerza de discutirlas y ventilarlas aparecen en todo su esplendor y brillo: si se oponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia; y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de los pueblos, y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria.
¡Levante el dedo el pueblo que no tenga que llorar hasta ahora un cúmulo de adoptados errores, y preocupaciones ciegas, que viven con el resto de sus individuos; y que exentas de la decrepitud de aquéllos, no se satisfacen con acompañar al hombre hasta el sepulcro, sino que retroceden también hasta las generaciones nacientes para causar en ellas igual cúmulo de males!
Yo he visto llorar muchos hombres por la infamia con que se les entregaba; y yo mismo he llorado más que otro alguno, cuando a las tres de la tarde del 27 de junio de 1806, vi entrar a 1. 560 hombres ingleses, que apoderados de mi patria se alojaron en el fuerte y demás cuarteles de la ciudad.
Sea que sigan dependiendo de España o que formen gobiernos independientes, lo cierto es que los sudamericanos, en este momento, abren sus brazos a Inglaterra: es indiferente en qué forma buscan nuestra ayuda, siempre que el incremento de los negocios y el nuevo mercado que nos ofrecen para la venta de nuestras manufacturas compense nuestra protección.
Desde el descubrimiento empezó la malicia a perseguir unos hombres que no tuvieron otro delito que haber nacido en unas tierras que la naturaleza enriqueció con opulencia y que prefieren dejar sus pueblos que sujetarse a las opresiones y servicios de sus amos, jueces y curas.
Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale, debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía.
El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien; él debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Seremos respetables a las naciones extranjeras, no por riquezas, que excitarán su codicia; no por el número de tropas, que en muchos años no podrán igualar las de Europa; lo seremos solamente cuando renazcan en nosotros las virtudes de un pueblo sobrio y laborioso.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Arturo Sabato:El Ideólogo De La Política Petrolera De Frondizi Por José Valle

Fue un actor central en la política petrolera del gobierno de Arturo Frondizi (1958-1962), que se impuso ganar la llamada "batalla del petróleo" aumentando el área de exploración y explotación mediante los contratos con empresas privadas.
Esos convenios fueron posteriormente anulados, al llegar Arturo Illia al gobierno.
Muchos años después, en 1988, cuando volvía a abrirse camino la participación privada en las postrimerías del gobierno de Raúl Alfonsín, Sabato expresó que la decisión con que actuó Frondizi "engendró resentimientos, cuidadosamente alimentados por los intereses que se vieron lesionados cuando en 60 días se negociaron y firmaron los contratos y en 40 meses se alcanzó el autoabastecimiento".
Dijo entonces que la moral pública "se vería fortalecida si quienes se opusieron entonces y apoyaron la anulación de esos contratos en 1963 reconocieran ahora su grueso error".
Sabato estaba firmemente convencido de que la política desarrollista, que pasó por encima de los reparos contra el capital foráneo, había sido muy beneficiosa para el país. En ese período, entre 1958 y 1960, ocupó la presidencia de YPF.
Y al retirarse, el presidente Frondizi le dijo: "Le correspondió a usted un puesto en nuestra más avanzada vanguardia" y estimó lógico que hubiera tropezado con dificultades y "ataques injustificados contra su persona y sus intenciones".
Arturo Sabato había nacido en Rojas en 1913, en el seno de una familia de once hijos.. Hermano mayor del escritor Ernesto, Sabato fue el delegado personal del ex presidente Arturo Frondizi en YPF y durante su gestión la Argentina llegó por primera vez al autoabastecimiento de petróleo.
Arturo se doctoró en química en La Plata, en 1938. En 1939 ingresó en la destilería de La Plata y trabajó en YPF hasta su renuncia, en 1948. Se reincorporó en 1955, tras haber sido profesor en la Universidad de Cuyo. Falleció el 23 de julio de 1998 en Buenos Aires a los 84 años