jueves, 6 de abril de 2017

Código de Honor Del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín

De la misma forma en la que San Martín reclamaría de los granaderos el acatamiento de una conducta ejemplar frente a la sociedad y el Ejército, haría caso irrestricto de tales disposiciones sosteniendo como forma de vida la política de «predicar con el ejemplo».
Un Escuadrón de Granaderos de los Andes, al mando del Sargento Mayor Juan Galo de Lavalle

La férrea disciplina, el culto al valor y al honor, la exigencia y rigurosidad en la instrucción física y militar quedarían entonces patentes en las siguientes disposiciones, establecidas en aquel entonces como la lista de «Delitos por los cuales deben ser arrojados los oficiales», a fin de establecer una norma de conducta para los oficiales del regimiento que sentara el ejemplo para el resto de la tropa. Esta dicta:4
Por cobardía en acción de guerra, en la que aún agachar la cabeza será reputado tal.
Por no admitir un desafío, sea justo o injusto.
Por no exigir satisfacción cuando se halle insultado.
Por no defender a todo trance el honor del cuerpo cuando lo ultrajen a su presencia o sepa ha sido ultrajado en otra parte.
Por trampas infames como de artesanos.
Por falta de integridad en el manejo de intereses, como no pagar a la tropa el dinero que se haya suministrado para ella.
Por hablar mal de otro compañero con personas u oficiales de otros cuerpos.
Por publicar las disposiciones internas de la oficialidad en sus juntas secretas.
Por familiarizarse en grado vergonzoso con los sargentos, cabos y soldados.
Por poner la mano a cualquier mujer aunque haya sido insultado por ella.
Por no socorrer en acción de guerra a un compañero suyo que se halle en peligro, pudiendo.
Por presentarse en público con mujeres conocidamente prostituidas.
Por concurrir a casas de juego que no sean pertenecientes a la clase de oficiales, es decir, jugar con personas bajas e indecentes.
Por hacer un uso inmoderado de la bebida en términos de hacerse notable con perjuicio del honor del cuerpo.
Tiempo después, y en virtud de los valores que inculcara en el Regimiento de Granaderos a Caballo, diría el mismo San Martín:
De lo que mis Granaderos son capaces,
solo lo sé yo.
Quien los iguale habrá;
quien los exceda, no.

5 de Abril de 1818: Triunfo en la Batalla de Maipú

La Batalla de Maipú fue un enfrentamiento armado que tuvo lugar el 5 de abril de 1818, en el valle del Maipo, cercano a Santiago de Chile, entre las fuerzas patriotas revolucionarias conformadas por soldados argentinos de las Provincias Unidas y soldados del Ejercito de Chile contra los realistas, el cual decidió la Independencia de Chile y en gran parte la del Cono Sur.
Se enfrentaron el Ejército Unido (coalición del Ejercito de los Andes y el Ejercito Chileno) al mando del general en jefe José de San Martín contra el ejército realista bajo las órdenes del general Mariano Osorio.
El general chileno Bernardo O'Higgins, convaleciente de una gran herida (producto de la derrota aliada en Cancha Rayada), se presentó poco antes de terminado el último ataque contra los realistas y entusiasmados por la victoria San Martín y O'Higgins se abrazaron victoriosos en una escena que dio origen a un cuadro, el histórico abrazo conocido como El abrazo de Maipú, donde O'Higgins le dice a San Martín ¡Gloria al salvador de Chile! y San Martín le responde General: Chile jamás olvidará su sacrificio presentándose al campo de batalla con su gloriosa herida abierta. Gracias a esta batalla se aseguró la Independencia de Chile.
San Martín, desde su caballo, dictó el primer parte de la batalla al cirujano Diego Paroissien, que lo escribió con las manos ensangrentadas a causa de los heridos que ha debido amputar:
"Acabamos de ganar completamente la acción. Un pequeño resto huye: nuestra caballería lo persigue hasta concluirlo. La Patria es libre."
Cuando llegó a las Provincias Unidas del Río de la Plata la noticia del gran triunfo de San Martín en Maipú, se organizaron bailes y festejos. Los vecinos iban de casa en casa, donde se felicitaban y abrazaban, llenos de júbilo.
La batalla de Maipú es considerada como un ejemplo de táctica y estrategia, siendo, sin duda, la más importante librada por San Martín.
Fueron aprovechados, en forma debida, los movimientos previos y posteriores a la batalla, se usaron con precisión las armas y la reserva atacó en el momento justo al enemigo por su flanco más débil. La victoria aumentó la moral de las tropas patriotas, ocurriendo el efecto contrario en las realistas. Sería, además, un hito para triunfos posteriores.